La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es un método psicoterapéutico innovador y altamente efectivo para tratar la ansiedad, el trauma y experiencias dolorosas que siguen afectando la vida diaria.
Fue desarrollada en los años 80 por la psicóloga Francine Shapiro, y hoy está respaldada por múltiples investigaciones científicas y organismos internacionales de salud.
A través de la estimulación bilateral (movimientos oculares, sonidos o toques alternados), el cerebro logra “desbloquear” recuerdos que quedaron atrapados por el trauma. Estos recuerdos dejan de generar dolor y ansiedad, integrándose de una forma saludable.
El resultado es un alivio profundo, resiliencia y la posibilidad de seguir adelante con más libertad y confianza.
Prince Harry, duque de Sussex: Ha compartido públicamente que EMDR le ayudó a procesar la pérdida de su madre, la Princesa Diana. Gracias a esta terapia logró reducir la ansiedad y enfrentar recuerdos dolorosos que lo perseguían desde la infancia.
Sandra Bullock, actriz ganadora del Óscar: Habló sobre cómo EMDR fue clave para manejar la ansiedad y el estrés después de vivir un asalto en su casa. Mencionó que la terapia le permitió recuperar la calma y sentirse segura nuevamente.
Evan Rachel Wood, actriz y activista: Confesó que EMDR fue una herramienta fundamental para sanar el trauma de abuso que vivió en su juventud. Para ella, esta terapia fue un antes y un después en su proceso de recuperación.
Estos testimonios muestran que, sin importar la fama o los logros, todos podemos cargar con heridas emocionales… y que es posible sanarlas.
El tratamiento es estructurado, pero siempre adaptado a cada persona. Sus etapas incluyen:
Historia y planificación: se recopila la información del paciente y se diseñan los objetivos.
Preparación: el terapeuta explica el proceso y crea un espacio de confianza.
Evaluación: se identifican los recuerdos clave que generan malestar.
Desensibilización: se trabaja con los estímulos bilaterales para disminuir la carga emocional.
Instalación: se fortalecen creencias positivas sobre uno mismo.
Escaneo corporal: se revisa que no haya tensión física asociada al recuerdo.
Cierre y reevaluación: se asegura que la persona termine cada sesión estable y con avances claros.
Disminuye los síntomas de ansiedad, angustia y estrés.
Aumenta la resiliencia frente a futuras situaciones difíciles.
Permite integrar recuerdos dolorosos de forma saludable.
Ofrece resultados duraderos y transformadores.
El Psicólogo Eduardo Ávila, especialista en EMDR y psicología positiva, ofrece un espacio seguro y profesional para acompañarte en este proceso de sanación.
No tienes que vivir con el peso de la ansiedad o el trauma. Es posible transformar tu historia y recuperar tu tranquilidad.
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